El amor es ciego, la compatibilidad es interesada, y el matrimonio no es más que una apuesta en la que uno se engaña a sí mismo.
Si eliges a quien te gusta, tarde o temprano la realidad te atravesará; si eliges a quien te conviene, el deseo acabará devorándote. El matrimonio es, en sí mismo, una falsa cuestión. O recoges los huesos entre las ruinas de la pasión, o lames la sangre en las grietas de la calculadora; de cualquier forma, es un callejón sin salida. Los románticos acabarán ahogados entre las tareas domésticas, los realistas quedarán atrapados para siempre en sus sueños rotos al despertar de madrugada; elijas lo que elijas, es cavar tu propia tumba.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
El amor es ciego, la compatibilidad es interesada, y el matrimonio no es más que una apuesta en la que uno se engaña a sí mismo.
Si eliges a quien te gusta, tarde o temprano la realidad te atravesará; si eliges a quien te conviene, el deseo acabará devorándote. El matrimonio es, en sí mismo, una falsa cuestión.
O recoges los huesos entre las ruinas de la pasión, o lames la sangre en las grietas de la calculadora; de cualquier forma, es un callejón sin salida.
Los románticos acabarán ahogados entre las tareas domésticas, los realistas quedarán atrapados para siempre en sus sueños rotos al despertar de madrugada; elijas lo que elijas, es cavar tu propia tumba.