La gran obra de transición de liderazgo de la Reserva Federal (FED) finalmente va a comenzar. En mayo de 2026, el actual presidente Jerome Powell completará su segundo mandato y dejará el cargo oficialmente. Sin embargo, la Casa Blanca no ha anunciado un sucesor, lo que ha dejado a los mercados globales en un estado de inquietud. Los dos partidos en el Congreso están en una acalorada disputa por este puesto.

Actualmente, varios competidores populares han comenzado a salir a la luz. Kevin Hassett, como el principal asesor económico de Trump, es el que más clama por la política de recortes de tasas de interés, y ya tiene un aire de "presidente de la Reserva Federal en la sombra". Otro, Kevin Warsh, ha trabajado en la Reserva Federal, con amplia experiencia y sólida trayectoria, pero su independencia hace que Trump no lo entienda del todo. Además, el actual director Christopher Waller, que tiene un fondo profesional y también entiende el arte del equilibrio político, también está en la contienda.

La actitud de Trump es muy clara: el próximo presidente de la Reserva Federal (FED) debe apoyar una fuerte reducción de tasas de interés. Esta condición influye directamente en la posición de los candidatos. Hassett, como un leal aliado de Trump, es naturalmente un firme defensor de la reducción de tasas. Aunque Waller tiene un fuerte trasfondo académico, también debe manifestar públicamente su apoyo a una política de flexibilización en el actual clima político. Por otro lado, Walsh, un veterano, está observando la dirección política y se está preparando para ajustar su inclinación política en consecuencia.

Las corrientes ocultas de la lucha política ponen a la independencia de la Reserva Federal (FED) ante desafíos sin precedentes. Los demócratas del Senado apenas mantienen la mayoría, mientras que los republicanos están listos para buscar más poder de decisión. Si Trump vuelve a "atacar" públicamente al presidente de la Reserva Federal (FED) como lo hizo en 2018, la incertidumbre en todo el mercado financiero solo aumentará.

Esta incertidumbre pronto tuvo un efecto dominó en el mercado. El tipo de cambio del dólar comenzó a fluctuar, y si el entorno de altas tasas de interés continúa, la presión de la deuda en los mercados emergentes se volverá cada vez mayor. China está ampliando activamente el tamaño de los intercambios monetarios para estabilizar la situación. Por otro lado, los activos de refugio seguro despegaron directamente: el oro superó por completo el rendimiento de Bitcoin en 2025. Sin embargo, lo curioso es que, a pesar de la volatilidad de Bitcoin, los inversores institucionales siguen acumulando Bitcoin incesantemente; claramente, están apostando a que habrá políticas de flexibilización en el futuro.

Lo más increíble es que los modelos de IA de Wall Street también están avivando las llamas. Una vez que el modelo predice quién tiene el mayor apoyo, el mercado comienza a agitarse por adelantado, lo que a su vez obliga a los candidatos a "callarse y hacerse los sordos", temiendo que una sola palabra suya sea interpretada de manera exagerada por la IA. El resultado es que la situación se vuelve aún más confusa.

¿Quién reirá al final, los defensores de las altas tasas de interés o los reformistas que están ansiosos por recortar tasas? Una vez que el nuevo presidente de La Reserva Federal (FED) asuma el cargo, ¿un cambio drástico en la política desencadenará un colapso en los mercados globales? Nadie puede dar una respuesta definitiva en este momento, todos están nerviosos esperando el desenlace de este gran espectáculo. A decir verdad, este traspaso de poder en La Reserva Federal (FED) es mucho más emocionante que la trama de cualquier serie de televisión.