Autogestionar los activos es tener dignidad. Muchas personas entregan los derechos de beneficios a terceros para que los gestionen, y al final solo quedan problemas. Pero con sTRX no es así: la lógica de gestión está codificada en el contrato, yo soy el dueño del crecimiento de mi propia riqueza. El protocolo JustLend no tiene CEO, ni nadie puede cambiar temporalmente la tasa de rendimiento por capricho. La demanda del mercado y las votaciones en la cadena deciden todo.

Esta es la verdadera belleza de la descentralización. Honestamente, confío más en los mecanismos del mercado y también en el código. La transparencia de la cadena de bloques me permite verificar en cualquier momento si el sistema funciona correctamente: cada vez que reviso el saldo, el crecimiento está allí, en letras claras y evidentes. Esto se basa en resultados, no en promesas vacías.

En definitiva, este modelo devuelve el control del destino financiero a mí, y todo el sistema es justo, abierto y completamente rastreable. Esa es la verdadera forma en que DeFi debería ser.