¿Y si el oro se pusiera en la cadena y realmente significara algo? Esa es la premisa aquí: cada token representa un gramo de oro real, almacenado en bóvedas físicas. La mecánica es sencilla: auditorías independientes se realizan mensualmente para verificar las reservas, y siempre puedes canjear tus participaciones por el metal real. Está conectando el mundo de las materias primas tradicionales con la infraestructura moderna de blockchain, combinando la certeza del respaldo físico con la eficiencia de la propiedad digital. Sin juegos de reserva fraccionada, sin misterios. Solo valor transparente, auditable y tangible que se mueve libremente a través de Web3.