El verdadero crecimiento de un ecosistema no se logra con oleadas de popularidad a corto plazo. La clave está en si el contenido y la información pueden mantenerse en circulación en la dimensión temporal, reutilizarse y difundirse varias veces.

Mientras dependamos del algoritmo de recomendación de plataformas centralizadas, el crecimiento será controlado por las reglas de otros. ¿Pero y si cambiamos de enfoque? Dar el poder de distribución a la propia red, cuantos más participantes, más estable será, y además puede generar un efecto de interés compuesto.

El valor de BitTorrent radica en esto: convertir la «disponibilidad a largo plazo» en infraestructura. Hacer que el contenido y la información sean más difíciles de suprimir, y que la experiencia de la comunidad se consolide gradualmente en activos circulantes. Para ecosistemas como TRON, esto es la clave para transformar la popularidad a corto plazo en una escala sostenible. La fuerza de la distribución descentralizada, en última instancia, consiste en devolver el control del crecimiento a los participantes.