La reunión de diciembre de la Reserva Federal envió una señal interesante: en apariencia, todos estuvieron de acuerdo en reducir las tasas, mostrando una unidad sólida, pero en lo que respecta a la futura trayectoria de la política, los funcionarios inmediatamente se dividieron en dos bandos con opiniones encontradas. Sin embargo, estas diferencias superficiales no pueden ocultar un hecho central: la mayoría de los funcionarios reconocen que hay espacio para una mayor reducción de tasas. En otras palabras, el tren del ciclo expansivo ya está en marcha, y para 2026, la liquidez será cada vez más abundante.

Lo que también merece atención es otro acontecimiento ocurrido en estos días. La Oficina del Control de la Moneda de EE. UU. acaba de aprobar que los bancos nacionales actúen como intermediarios legales en criptomonedas, lo que equivale a abrir un canal directo del capital tradicional al mercado de criptomonedas. Las barreras anteriores están siendo derribadas una tras otra.

Visto en conjunto, ¿qué significa esto? La oscilación en la política de la Reserva Federal genera incertidumbre en los activos tradicionales, y precisamente esa incertidumbre es el entorno que más le gusta a los activos criptográficos. Cuando la liquidez abundante se encuentra con un canal de cumplimiento bancario completamente nuevo, la posición de Bitcoin como "oro digital" —un activo con oferta fija y no influenciado por decisiones de los bancos centrales— será reconocida de manera sin precedentes. Los activos del ecosistema como Ethereum también se beneficiarán de este cambio en la asignación de recursos.

Las instituciones y el dinero inteligente ya han olfateado el aroma de este cambio, y la puerta a una redistribución de la liquidez se está abriendo. La oportunidad de esta ronda dependerá de si ya estás preparado.