Personas en la mediana edad, 15 niveles de fortaleza interior que dan miedo:
Primero, nunca preguntar a los demás las causas. Si algo ya ha ocurrido, las causas dejan de ser importantes. La razón por la que quieres una respuesta es porque no puedes resolver ese problema. Cuando otros quieran contarte la causa, seguramente te lo dirán de forma activa, diciendo que no romperán el silencio. Segundo, permitir que todo suceda, ya sea bueno o malo. Mientras pase, es un obstáculo que debes superar en tu camino. Considera todas las cosas buenas como una recompensa por tu esfuerzo, y todas las malas como una forma de evitar pérdidas y calamidades. Una persona verdaderamente fuerte no busca confrontar, sino aceptar con calma, permitiendo que la vida tenga arrepentimientos, que las cosas sean impredecibles, que los errores ocurran, y seguir adelante ligero de equipaje. Tercero, a menos que sea una cuestión de vida o muerte, no romperás relaciones con nadie. El camino en el mundo es largo, y tarde o temprano volverás a encontrarte. Con las personas que no te gustan, o incluso que te han herido, incluso si contraatacas con fuerza, lo harás en silencio, sin mostrarlo. Los adultos deben actuar así, incluso si lo sabes claramente, no mostrarás tu enojo en el acto, al menos no serás quien levanta la mesa. Cuarto, no compadecerse de nadie, ni siquiera de las personas más cercanas a ti, y tampoco esperar compasión de los demás. La empatía hacia alguien implica cargar con su destino en tu subconsciente, lo que genera una gran presión. Parecer grandioso, en realidad es tonto. Las personas lamentables a menudo tienen sus propios puntos odiables, y a veces los tontos son más peligrosos que los malos. Lo que más debemos amar en este mundo es que uno mismo no cargue con peso innecesario. Cuando te fortalezcas y tengas energía, entonces podrás ayudar a otros; de lo contrario, solo te hundirás en el barro. Quinto, aceptar con calma que todo en la vida sucede por causas y efectos. Todo en el mundo tiene un destino, y lo que parece casual en realidad tiene una inevitabilidad predestinada, solo que nosotros, los mortales, no podemos verlo. Sexto, controlar la boca, guardar el corazón, escuchar más, pensar más. Cuando creas que algo es correcto, persiste en ello, sin importar las opiniones y puntos de vista de los demás. Aquellos que no aportan dinero ni esfuerzo no tienen derecho a opinar. Conoce tus fortalezas y debilidades, y aprende a aprovechar tus ventajas y evitar tus defectos. Personas así son las que realmente son fuertes y pueden soportar. Séptimo, acostumbrarse a la soledad. Los bueyes y ovejas van en manada, los animales feroces solo van solos. Puedes tener amigos, socios, pero mantener la capacidad de estar solo fortalece tu resistencia y tu capacidad de pensar. La soledad también ayuda a bloquear las tentaciones y distracciones externas, mejora la concentración y la resistencia al estrés. Octavo, no espiar excesivamente a tu pareja. La naturaleza humana no soporta las pruebas, incluso quienes parecen estar juntos por siempre no pueden resistir la minuciosa inspección. En el matrimonio, no existe una fidelidad absoluta; cada uno tiene sus propios deseos y pensamientos. La infidelidad también es infidelidad. La vida en pareja es aprender a consolarse a uno mismo. No se puede querer todo, nadie es perfecto. La esencia del matrimonio es una colaboración. Noveno, no tener expectativas demasiado altas sobre la naturaleza humana. Desde la cima, muchos te admiran; en la caída, muchos te pisotean. No pienses que tus amigos son muchos; una bancarrota te hará ver a todos claramente. No creas que tienes muchos apoyos; una caída te revelará quiénes son realmente. Entender la naturaleza humana te evitará la decepción. En la vida, solo dos cosas son confiables: tu salud física y tu capacidad para ganar dinero. Décimo, aceptar con calma tus experiencias. En esta vida, recorrerás caminos equivocados, chocarás contra muros, caerás en trampas, y no te faltarán. No te hundas en ello ni hagas luchas internas inútiles. Aprende a bloquear a las personas y cosas que te consumen. Undécimo, cuando tu energía aumente, empieza a entender a cada persona a tu alrededor. Solo están en diferentes frecuencias, no hay buenos ni malos, ni correctos ni incorrectos. Debido a sus diferentes estados, toman decisiones distintas. Permítete ser tú mismo, y también permitir que otros sean quienes son. Duodécimo, las palabras deben ser humildes, la apariencia debe ser correcta. En el mundo, primero respetamos la ropa y luego a las personas. Cuando estás en la pobreza, no dejes que otros lo sepan, porque solo te hará más pobre. Cuando tienes dinero, debes decirle a los demás que alguna vez fuiste pobre. Deco, no temas perder. La vida es una experiencia. Todo lo que persigues en esta vida no te pertenece realmente; solo lo posees por un tiempo. No temas el daño, porque lo que puede dañarte es tu destino. La prosperidad y la abundancia son efímeras. Los problemas y preocupaciones son muchos, pero si los aceptas, el día será claro. Decimoquinto, aceptar tu mediocridad. Todos somos mortales, no necesitas fingir una vida perfecta. Incluso los más fuertes tienen defectos. Algunos disfrutan criticando a los pobres, otros buscando ventajas en los ricos. Aprende a aceptar tus partes oscuras. Permítete cometer errores, que las cosas no salgan como quieres, que el esfuerzo no sea recompensado, que la persona que amas no te ame. Lucha con imperfecciones y sigue brillando, esa es la única forma de reconciliarte contigo mismo.
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Personas en la mediana edad, 15 niveles de fortaleza interior que dan miedo:
Primero, nunca preguntar a los demás las causas. Si algo ya ha ocurrido, las causas dejan de ser importantes. La razón por la que quieres una respuesta es porque no puedes resolver ese problema. Cuando otros quieran contarte la causa, seguramente te lo dirán de forma activa, diciendo que no romperán el silencio.
Segundo, permitir que todo suceda, ya sea bueno o malo. Mientras pase, es un obstáculo que debes superar en tu camino. Considera todas las cosas buenas como una recompensa por tu esfuerzo, y todas las malas como una forma de evitar pérdidas y calamidades. Una persona verdaderamente fuerte no busca confrontar, sino aceptar con calma, permitiendo que la vida tenga arrepentimientos, que las cosas sean impredecibles, que los errores ocurran, y seguir adelante ligero de equipaje.
Tercero, a menos que sea una cuestión de vida o muerte, no romperás relaciones con nadie. El camino en el mundo es largo, y tarde o temprano volverás a encontrarte. Con las personas que no te gustan, o incluso que te han herido, incluso si contraatacas con fuerza, lo harás en silencio, sin mostrarlo. Los adultos deben actuar así, incluso si lo sabes claramente, no mostrarás tu enojo en el acto, al menos no serás quien levanta la mesa.
Cuarto, no compadecerse de nadie, ni siquiera de las personas más cercanas a ti, y tampoco esperar compasión de los demás. La empatía hacia alguien implica cargar con su destino en tu subconsciente, lo que genera una gran presión. Parecer grandioso, en realidad es tonto. Las personas lamentables a menudo tienen sus propios puntos odiables, y a veces los tontos son más peligrosos que los malos. Lo que más debemos amar en este mundo es que uno mismo no cargue con peso innecesario. Cuando te fortalezcas y tengas energía, entonces podrás ayudar a otros; de lo contrario, solo te hundirás en el barro.
Quinto, aceptar con calma que todo en la vida sucede por causas y efectos. Todo en el mundo tiene un destino, y lo que parece casual en realidad tiene una inevitabilidad predestinada, solo que nosotros, los mortales, no podemos verlo.
Sexto, controlar la boca, guardar el corazón, escuchar más, pensar más. Cuando creas que algo es correcto, persiste en ello, sin importar las opiniones y puntos de vista de los demás. Aquellos que no aportan dinero ni esfuerzo no tienen derecho a opinar. Conoce tus fortalezas y debilidades, y aprende a aprovechar tus ventajas y evitar tus defectos. Personas así son las que realmente son fuertes y pueden soportar.
Séptimo, acostumbrarse a la soledad. Los bueyes y ovejas van en manada, los animales feroces solo van solos. Puedes tener amigos, socios, pero mantener la capacidad de estar solo fortalece tu resistencia y tu capacidad de pensar. La soledad también ayuda a bloquear las tentaciones y distracciones externas, mejora la concentración y la resistencia al estrés.
Octavo, no espiar excesivamente a tu pareja. La naturaleza humana no soporta las pruebas, incluso quienes parecen estar juntos por siempre no pueden resistir la minuciosa inspección. En el matrimonio, no existe una fidelidad absoluta; cada uno tiene sus propios deseos y pensamientos. La infidelidad también es infidelidad. La vida en pareja es aprender a consolarse a uno mismo. No se puede querer todo, nadie es perfecto. La esencia del matrimonio es una colaboración.
Noveno, no tener expectativas demasiado altas sobre la naturaleza humana. Desde la cima, muchos te admiran; en la caída, muchos te pisotean. No pienses que tus amigos son muchos; una bancarrota te hará ver a todos claramente. No creas que tienes muchos apoyos; una caída te revelará quiénes son realmente. Entender la naturaleza humana te evitará la decepción. En la vida, solo dos cosas son confiables: tu salud física y tu capacidad para ganar dinero.
Décimo, aceptar con calma tus experiencias. En esta vida, recorrerás caminos equivocados, chocarás contra muros, caerás en trampas, y no te faltarán. No te hundas en ello ni hagas luchas internas inútiles. Aprende a bloquear a las personas y cosas que te consumen.
Undécimo, cuando tu energía aumente, empieza a entender a cada persona a tu alrededor. Solo están en diferentes frecuencias, no hay buenos ni malos, ni correctos ni incorrectos. Debido a sus diferentes estados, toman decisiones distintas. Permítete ser tú mismo, y también permitir que otros sean quienes son.
Duodécimo, las palabras deben ser humildes, la apariencia debe ser correcta. En el mundo, primero respetamos la ropa y luego a las personas. Cuando estás en la pobreza, no dejes que otros lo sepan, porque solo te hará más pobre. Cuando tienes dinero, debes decirle a los demás que alguna vez fuiste pobre.
Deco, no temas perder. La vida es una experiencia. Todo lo que persigues en esta vida no te pertenece realmente; solo lo posees por un tiempo. No temas el daño, porque lo que puede dañarte es tu destino. La prosperidad y la abundancia son efímeras. Los problemas y preocupaciones son muchos, pero si los aceptas, el día será claro.
Decimoquinto, aceptar tu mediocridad. Todos somos mortales, no necesitas fingir una vida perfecta. Incluso los más fuertes tienen defectos. Algunos disfrutan criticando a los pobres, otros buscando ventajas en los ricos. Aprende a aceptar tus partes oscuras. Permítete cometer errores, que las cosas no salgan como quieres, que el esfuerzo no sea recompensado, que la persona que amas no te ame. Lucha con imperfecciones y sigue brillando, esa es la única forma de reconciliarte contigo mismo.